Los Guardianes de la Galaxia se convirtieron en héroes para los animales dentro y fuera de la pantalla, pues la organización PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) premió su tercera y última película.
James Gunn, director, escritor y productor, fue reconocido con el galardón Not a Number, pues la organización consideró que la cinta sensibiliza a grandes audiencias sobre los horrores que implican las pruebas en animales.
Estas aparecen perpetradas por el villano del filme, el Alto Evolucionador, quien comienza a experimentar y modificar genéticamente a Rocket desde que es un pequeño mapache, lo que se muestra en flashbacks.
